De pronto se viene la humareda mental, como con el desahucio terminal de quien, a contraluz, encuentra esas partículas que, por insignificantes que parezcan llevan consigo más idea y movimiento que muchos de los que ahora cruzan la calle por debajo del mismísimo puente peatonal. Precisamente la idea del movimiento a lo pendejo me tiene extasiado éstos 2 últimos minutos. Parecemos todos pequeñas hormigas rojas, cargando a cuestas la preocupación, con dirección a ningún lugar, pues vamos escapando de la pequeña sabandija infantil -destino- que le ha parecido divertido -y por lo tanto correcto- encender un fósforo en pleno nido de los bichos preocupones. Hormiguitas pues, ante tal monstruo chocarrón, han ido empeñándose en tejerse un escape, pero amigo mío, la vida no es escape.
Teniendo preso el sentimiento y secuestrada la razón está difícil agendar una cita para éstos 2 compinches eclécticos, que, por ser de la misma raza me ha parecido buena idea cruzarlos. Es demasiada la coincidencia y la suerte para comprarla y compararla con el dinero, también es demasiada coincidencia el destino y mucha suerte si debiera estar escrito. Lo único que sé en éste preciso instante es que quiero cortarme el pelo, no sé a dónde iré mañana para tal propósito, es más, no sé si iré, ¿ves? lo aleatorio quiere jugar y me estoy disponiendo a apostar toda la noche la cantidad de fichas necesarias para entender el negocio de los futuros. Es impresionante el hecho de que lo irrelevante de pronto levante tanto exceptisismo, exitación y duda; siendo así, he de declarar que éstas últimas 3 propiedades, tomándolas como cualidades femeninas, me refieren a una buena mujer, que más allá de buena, ha de ser interesante.

"¿Serán los dioses ocultos o serás tu? Será una decisión mortal."