martes, 28 de octubre de 2008

Copa y Predicador

Obligado por los $2,500 fucking pesos que por 30 días me darán acceso, aún adormilado, con botellita Bonafont de 1lt y con un chinguero de frío me dirigí al gimnasio hoy por la mañana a iniciar lo que será la quema de calorías y tonificación de músculos matutina que me acompañará -espero- por muchos meses. Entiendo también que, a Usted, contado, distinguido y desconocido leector, pero porsupuesto que le viene valiendo madres mi salud y mis horarios de ejercicio.
Prosigo: Llego al recinto de mamados y hermosas reinitas todos con outfits mega-chingones y mega-caros, iPods y demás atavíos propios de los nice-sports. Me recibe una bella y sonriente chica, misma que casi-me-mienta-mi-madre porque no traje toallita de manos, pa´l sudor, que es obligatoria, así que me vende una en $50 putos varos. No mames, un día de trabajo entero para un obrero, es lo que vale la puta toalla, que de seguro les ha de costar $10 morlacos a estos ojetes, en fin, me chingo.
Posteriormente, la bella y sonriente chica me da un tour por las instalaciones y me explica los ritos cuasireligiosos que hay que realizar antes-durante-después de la estancia en cada uno de los rincones del edificio. Me deja con Abel, personaje que ha abusado de esteroides en demasía, así como Walter Mercado, de la verga. El cabrón habla re-chistoso (Abel, no Walter -bueno también el puto ese-) y es que al pronunciar cualquier cosa, mueve la boca como cocainómano trabado, pero es buen tipo. Me sube a la caminadora por media hora y frente a mí, una pantalla... Puta! a las 10.30 de la jodida mañana no hay nada en la telera, MTV ya es un asco, VH1 maomeno, Much Music mmm ahi leve, así que me harto de andarle cambiando de canal y le veo las nalgas a Galilea Montijo, (ahí dejale me dice un compa de la caminadora de al lado, quien por cierto el muy chingón animaba a todos los otros 2 güeyes presentes gritando, eeeeeeeeeeeeeey! vaaaaaaaaaaaaaamos! no paaaaaaaaaaaaaren!, chale, alguien anda en tacha, interiorizo), desaparecen las nalgas de la Galilea y aparece la jeta de el güey de Laguardia ¿¿??-creo que así se apellida-. (Luego la banda a dice: "se apeida", y otros dicen: "se apeLLida", creo que la segunda es la correcta, si no pues ya la cagué, y se chingan y lo leen así.) Puras pendejadas dicen. (No Ustedes, ni la banda, sino la Galilea y el otro pendejo) ----------------- Y yo de pendejo escuchando esa mierda y viendo esas nalgas y es que llevo 2 iPods perdidos, uno en Garibaldi, otro en Monterrey (graciosas historias que contaré después por este medio, NO SE LO PIERDAN, bah! si nadien me lee.) (Un tercer iPod está en manos de una vieja que conocí en Junio, en la graduación de un amigo, se lo dí a guardar en su bolso para no dejarlo en el auto al alcance del Valet Parking, pero me salió el tiro por la culata, lo doy por perdido también, chale era el touch, valgo madres.)
De regreso al gimnasio, acabo mis 30 minutos de trotar y busco al trabado Abel (de la mandíbula y del cuerpo, que gay sonó eso, jaja) Me impone un suplicio con 4 series de 12 repeticiones de curl, press, bench y otras mamadas, el hígado queriéndoseme escapar y yo queriendo tirar la toalla de $50 putos varos! cuando entonces se aparece una hermosa chica de porte y elegancia, sin duda, nueva también, pues al igual que yo, desorientada y viendo-pa´-todos-lados buscando los aparatos de su rutina, recibía indicaciones de una instructora que bien podría acomodarme una madriza en un 2 por 3. Yo estaba haciendo series de predicador alternado con copa WTF¿¿?? (Con lo único que había alternado las copas antes era con botana o con unas buenas líneas, en fin), la instructora rompemadres puso a la hermosa chica de porte y elegancia en el curl de pierna ¿¿?? justo frente a mí, recordé esa pequeña sensación que me remonta al salón de primaria cuando te sientan en la banca justo al lado de la chica que te gusta, tratas de disimular.

Traté de no verme como un pervertido, y es que sucede que su posición en el aparato era boca abajo, un semi chivito en precipicio diría yo, sugestivo. Por otro lado, yo pretencioso, echando copa, digo, haciendo la serie de copa, de pié. Realmente resultaba, reflejada en la pared de espejo del recinto deportivo, una imagen perversa y digna de dvd porno del metro San Juan de Letrán, a la cual los 2 respondimos, al darnos cuenta por medio de ese espejo, mirándonos a los ojos, con una tibia pero cómplice risa de quien se encuentra en una situación embarazosa. Al final de las propias rutinas, ya bañandos, y como -de nuevo- se hace en las primarias, platicamos a la salida. Así que Natalia se convirtió en una razón para tonificar el puerco, ya no iré obligado por esos $2,500 fucking pesos.

2 comentarios:

Plaqueta dijo...

¡P-pero! ¡¿2500 pesos?! ¿Y no te dan toalla?

Según yo, en los gimnasios que te cobran más de mil pesos al mes, no tienes que llevar toalla y hay unos güeyes a los que les pagan por limpiar tu sudor de las máquinas, así todo cero chairo.

En los gimnasios normalitos como el mío –pago de a 650 pesos– no te dan toalla, pero si se te olvida, te la venden en tan sólo 18 pesos –y están chidas, también las uso para mi baño. Y es un gimnasio así bonito con güeyes "trabados" que te dicen qué hacer, y mamacitas con atuendos perfectos y modelos argentinas que te escupen por fea y gorda y mexicana y oficinistas apurados por bajar la lonja antes de navidad y amas de casa desocupadas. Lo normal. Hay MILES de gimnasios como el mío, ¿por qué no te consigues uno así?

Gracias por la invitación a tu blog, acá andaré dando la vuelta.

Plaqueta dijo...

Por cierto, deberías la moderación de comentarios, creo que es muy mamóm y cobarde tenerla.

(este comentario no lo tienes que aprobar, es el puro consejo ps acá de cuates goooei)