lunes, 24 de noviembre de 2008

Todo lo demás es un pretexto

A veces veo que me encuentro enlistado en el menú de los moviemientos lentos y espesos, enamorándome tan fácilmente de cuanta belleza veo. De la belleza rara, de la que uno no se encuentra amontonada en aparadores sino por el contrario se encuentra allí tan olvidada y perdida como aquel niño en el supermercado, es por eso que anda uno camuflándose a gritos entre los mudos.

Y me fuí lejos de aquí, donde todo lo demás es un pretexto; clavando afilados mis colmillos en cuellos ofrecidos y por demás apetecidos. A eso no le llama uno abuso de confianza sino aprovechamiento de los recursos... sonrío aún con lágrma discapacitada y de sabores enfadados.


Cambias de hotel, de país y de ciudad, de cuarto, de casa, de departamento, no eres de aquí ni de allá y te hayas mas seguro en el atisbo de la añoranza que en el reojo del sedentarismo. Atrás todo se complica y por eso he quitado el retrovisor, pero es que a veces se me complica la mirada en reversa para estacionarme a meditar.


Pero ¿cómo vas a ver el sol con los lentes puestos? Hay quien prefiere quemarse las corneas y atinar a describir las indestructibles memorias matadoras, que al fin y al cabo es lo único que nos llevamos, los demás, sólo eso... escuchan.

2 comentarios:

NTQVCA dijo...

"Hay quien prefiere quemarse las corneas y atinar a describir las indestructibles memorias matadoras", esos son los que no le tiene miedo a vivir y se la pasan mejor, aunque a veces duela.

Saludos

Yo Pretencioso dijo...

Como dicen por ahi, "no pain, no gain", y en tierra de miedosos el que se atreve es rey, y sí... aunque a veces duela...

Saludos